En busca de las brujas


Curiosa iniciativa la del Gobierno de Navarra, que ha puesto en marcha una nueva forma de turismo, la de las rutas que recorren algunos de los lugares donde hace siglos se practicaba la brujería, en parajes que se hicieron realmente famosos en su época debido precisamente a estas prácticas. Las sedes de estos akelarres (la palabra euskera akelarre proviene de los vocablos "aker-macho cabrío" y "larre-prado", y ha sido adoptada por multitud de idiomas para identificar estas fiestas satánicas) forman ahora parte de la ruta turística "Frontera, superstición y brujería". Uno de los lugares más conocidos es Zugarramurdi, donde en Sorginen Leizea (La Cueva de las Brujas) se reunían personas (se dice que hasta trescientas) de diferentes estractos sociales para rendir culto a Lucifer, y cuya triste fama se debe a que 19 personas, acusadas de brujería, murieron bajo el yugo implacable de la Inquisición. La idea del gobierno navarro es, así mismo, dar a conocer otros lugares míticos dentro del culto a Satán como Anocíbar, Burguete, Ochagavía, Roncesvalles o Bargota. En toda esta zona la represión ejercida por la Iglesia fue extraordinariamente notoria y los primeros castigos se realizaron en el año 1525, cuando murieron en la hoguera cinco supuestos brujos. Después de aquello, hasta sesenta localidades navarras sufrieron la persecución de los inquisidores, liderados por el licenciado Balanza, conocido como "el Torquemada navarro". Muchos de los acusados eran encerrados en torres medievales donde se les torturaba hasta la muerte, y poco importaba que su supuesta condición de "poseídos" respondiera más bien a enfermedades varias, como en el caso de Mari Juana de Anocíbar, cuyo único pecado era sufrir epilepsia. Navarra dió, así mismo, uno de los brujos más famosos de Europa, Johanes, a quien la rumorología popular atribuía el poder de quitarse y ponerse la cabeza cuando le apetecía. Hoy en día, obviamente, todas estas supersticiones nos parece que carecen de sentido pero entonces sirvieron para que familias enemistadas ejercieran su venganza personal acusando a sus vecinos de brujería y se dejara un reguero de sangre en uno de los episodios más lamentables de toda la historia de Navarra. Quizás esta ruta sirva a muchos para entender de lo que es capaz la intolerancia.

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