Las calles más extrañas del mundo

Yonge Street en Toronto (Canadá), considerada la calle más larga del mundo con sus 1.800 kilómetros (habéis leído bien, aunque la mayor parte de ellos corresponden al tramo que es sinónimo de autopista).


La Avenida 9 de Julio, en Buenos Aires, es una de las más anchas del mundo, con sus 140 metros de extremo a extremo. Por propia experiencia, os digo que cruzarla es un auténtico calvario, no sólo porque no da tiempo a hacerlo de una sola vez, sino porque su tráfico es absolutamente caótico.


¡La rotonda que nadie desearía en su examen de conducción! Se encuentra en la ciudad inglesa de Swindon y, como veis, nada menos que cinco avenidas desembocan aquí: las señales tampoco parecen ayudar mucho para moverse dentro de este galimatías urbanístico.


Lombard Street: la visité cuando estuve en San Francisco y es un lugar fascinante. La parte de calle situada entre Russian Hill y Hyde Street está considerada la más sinuosa de todo USA, y debe su curioso trazado a que sus 27º de inclinación no permitirían circular a los coches de un modo que no fuera éste.
A la vista está que la escasísima anchura de Parliament Street (Exeter, Inglaterra) no permite que dos personas puedan cruzarse en esta calle. Llamada anteriormente Small Lane (obvio), esta calle llega a los 1,2 metros en su parte más ancha y a los 64 centímetros en la más estrecha.


Ebenezer Place, con sus 6,8 pies de longitud (es decir, 2,06 metros) es la calle más corta del mundo. Consta de un solo edificio, el hotel Mackays, y fue declarada oficialmente "calle" en 1887. Lo mejor es que el cartero nunca se equivocará a la hora de repartir la correspondencia..
Baldwin Street en Dunedin (Nueva Zelanda). La calle más empinada del mundo, con un desnivel del 38%, lo que significa que por cada casi tres metros que camines, sólo habrás avanzado uno en la práctica. La pesadilla de los repartidores y el paraíso de los patinadores suicidas.

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